En la chimenea temprano
luego que el fuego ardió
uno descubre que no todo es ceniza
sino que alguna braza quedó
Hay veces que la mirada
que torna a la chimenea
ya apagada Ve solo cenizas
y no descubre las brazas
Pero aquellas pequeñas rocas
calientes anaranjadas,
son capaces de ellas mismas
encender nuevo fuego
si una Mano Amorosa las llama