lunes, 29 de noviembre de 2010

De Divinis Nominibus


San Dionisio, creo, al escribir el tratado acerca de los nombres divinos en su seriedad dejó uno de lado que a nosotros nos haría bien conocer, para así poder reírnos con Él. Este nombre dejado de lado por el Santo filosofo, fue el de Bromista. Sí, Dios es el eterno y alegre bromista que con sus bromas pone en nuestra vida azúcar pimienta y sal. ¿No me creen? pues piensen en estos pequeños ejemplos: "La piedra que desecharon los constructores es ahora piedra Angular" "Dios no elige a los sabios sino a lo que el mundo tiene por necio"... Pero saliendo de las frases serias a ¿Quién no le pasó, como a mi, hacer algo que de chico hubiera jurado no hacer? De chica la materia que más odiaba era lengua, odiaba la parte sobre todo de gramática y verbos, y hete aquí diez años más tarde estoy enseñando latín que básicamente es casi como enseñar lengua...
Saber que Dios es bromista, nos ayuda a comprender esas situaciones que a veces nos descolocan, poniendo así una sonrisa en nuestros labios en vez de una amarga seriedad. Por ejemplo: Si hay una persona con la que ni por las tapas nos llevamos, muy probable que ella termine o trabajando con vos o siendo tu compañera de ruta, si en este caso te ries con Dios habrás ganado un amigo o amiga.
Por que, quién sabe, es probable que las cosas más locas y simples nos sucedan en la vida y si aceptamos que nuestro Señor es bromista habitaremos alegremente en su casa un sin fin de Días. Pues en el fondo la alegría de los Santos es que han comprendido que Dios en su alegre broma hace que nos riamos de nuestras debilidades, pues "todo lo puedo en aquél que me conforta"

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El desierto


Las musas han callado y han dejado al Jardín en Sequía hasta nuevo aviso... Dios quiera que no dure mucho más.
A las oraciones de mis lectores me encomiendo...