viernes, 17 de octubre de 2008

Acerca de la Verdad Encarnada


Es noche oscura en el medio del Jardín, la luz de la luna en su azul palidez apenas alumbra las grandes habitaciones de techo gris...y de repente en medio de la noche un grito claro y fuerte, un grito de una desesperación que busca la esperanza, la esperanza de la Verdad encarnada:
"Busco una Verdad por la cual vivir y morir, en los milagros y en el silencio, en la luz y en la oscuridad, en el Tabor y en la Cruz; una Verdad por la cual darlo todo y tenerlo todo, una Verdad de vida, una Verdad vivida"
No sé quién escuchará mi grito en medio de noche tan cerrada, donde hasta la Verdad aparece desdibujada, pero una vez no hace mucho, allá a lo lejos Alguien dijo: "Pedid y se os dará, buscad y encontrareis"

¡Señor, Señor Sálvanos que nos hundimos!


3 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Lo curioso es que la verdad solicitada en el grito es la misma que dice que hay que buscar y pedir y es la misma a la cual le decimos que nos salve del hundirnos.

Digo, si se lo pedimos a la Verdad es que ya la encontramos.

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

Creo que la Verdad la hemos encontrado y que en realidad no la estamos buscando... Creo que lo que realmente buscamos es vivir y morir por Ella... Buscamos cómo vivirla, cómo encarnarla, cómo apropiarnos de Ella y serle fiel en la luz y la oscuridad, en el Tabor y en la Cruz... Buscamos ser nosotros mismos esa Verdad vivida... y sólo la Verdad que es Vida puede darnos esa gracia.

Ruth

Mary Lennox dijo...

Estimado Natalio:
Digamos, que este no es un razonamiento lógico, pero que a la vez es como si al que conoce la verdad, que profiere el grito, le faltara un paso, le faltara una llave. Llave que, como buena ama de llaves, descubrió mi amiga Ruth.

Como me olvidé a la noche acá
pongo las citas del Evangelio:
1)"Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán" Lc. 11, 9-11
2)La tempestad calmada Mt 8, 25b.
Cariños a todos
Mary