martes, 26 de enero de 2010

Quo Vadis Domine?



Mirando las llamas arder en el salón de Misselthewaite, se presenta ante mí la siguiente imagen...
Noche Roja en Roma... las calles arden por la locura de su padre... Nerón ha mandado a incendiarlo todo... en el fondo pasando las puertas de la ciudad, se encuentra corriendo un hombre... huye de la noche roja que azota a la ciudad, que azota a sus ovejas, corre hasta que subiendo la colina se encuentra con el circulo rojo del amanecer. Allí se detiene atónito, porque sus ojos han encontrado la Mirada familiar del Maestro, el siervo se ha encontrado con su Señor. Exultante de alegría, luego del temor de la noche roja, Pedro corre hacia el Señor, pero viendo que Él continua su marcha en dirección a la ciudad, en dirección a la noche Roja; le pregunta:
- Quo Vadis Domine? - esto es ¿A donde vas Señor? en la lengua de la eterna ciudad.
- A Roma para volver a ser Crucificado- Dice el Señor con voz grave y solemne, y ojos de fuego que reflejan la noche roja.
Este es el instante donde las huellas marcan la piedra, donde el corazon de Pedro es atravesado y la Palabra otra vez se hace carne; cuando la Palabra, que hace muchos años escuchara decir al Maestro se hace realidad en él «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.» Y este es el momento en que las palabras que el pronunció y que no cumplió al cantar el gallo, también se hicieran Realidad.
Este es el momento de lo real. Es el momento del instante, el momento de la cruz... a partir de aquí es Realidad o nada... ya que a partir de aquí las huellas en la piedra han sido marcadas.

El que tenga ojos y oidos para atender a lo Real... ¡Que atienda!

2 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Cada día me percato más que lo único real es la cruz, llave interpretativa de todo, absolutamente todo. Y esto no sólo en un sentido místico sino también en el más terrestre.

Respetos regresados.

Natalio

Mary Lennox dijo...

Querido Natalio siguiendo con lo que dice decia Simone Weil:
“Aquel cuya alma permanece Orientada hacia Dios mientras es atravesada por un clavo, está clavado en el centro del universo, en el verdadero centro, que no es el medio, que está fuera del espacio y tiempo, que es Dios. Según una dimensión que no pertenece ni al espacio ni al tiempo sino que es totalmente distinta, ese clavo ha hecho un agujero a través de la creación, a través del espesor de la pantalla que nos separa de Dios. Por esta dimensión maravillosa el alma puede, sin abandonar el lugar y el instante en que se encuentra el cuerpo al que está ligada, atravesar la totalidad del espacio y el tiempo y llegar hasta la presencia misma de Dios. Se encuentra en la intersección de la creación y el Creador. Ese punto de intersección es aquél en que se cruzan las ramas de la Cruz. San Pablo pensaba quizás en cosa así cuando dijo “Sed arraigados en el amor, a fin de ser capaces de captar lo que son el ancho, el largo, el alto y la profundidad, y conocer lo que sobrepasa todo conocimiento, el amor de Cristo”Simone Weil, Espera de Dios, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1954 pp. 88-89
Que le aproveche :-)
Mary