sábado, 18 de septiembre de 2010

Mater Ecclesia




¡Cuanta Ignorancia hay sobre las obras de mi Madre Iglesia,
que no se conocen sus obras, sino las de los hijos de ella!
¡Y ay de los hijos que no son dignos de una madre como aquella!

8 comentarios:

fabianarmilio@yahoo.com.ar dijo...

Por influencia directa de los medios de santificación puestos por Cristo, existe en los miembros de la Iglesia una santidad visible. "Todo árbol bueno produce frutos buenos", y la Iglesia santa da frutos de santidad. Desde los primeros cristianos que se llamaban entre sí "santos", hasta el día de hoy, han resplandecido en la Iglesia santos de toda edad y de toda condición. Desde que Jesús fundó la Iglesia, el Señor ha tenido "un pueblo aceptable, lleno de buenas obras", y puede afirmarse que en todos los tiempos "la Iglesia de Dios, sin dejar de ofrecer a los hombres el sustento espiritual, engendra y forma nueva generaciones de santos y santas para Cristo".
En la Iglesia se da, en primer lugar, una perfección original y constitutiva: aquella santidad con que la dotó Dios al instituirla. La Iglesia ha sido querida y fundada por Cristo, que cumple así la voluntad del Padre; la Esposa del Hijo está asistida por el Espíritu Santo. La Iglesia es la obra de la Santísima Trinidad: es Santa y Madre Nuestra Santa Madre Iglesia. En virtud de esta santidad originaria, la Esposa de Cristo es siempre joven y siempre bella, sin mancha ni arruga, siempre digna de la complacencia divina. ¡Santa, Santa, Sante! nos atrevemos a cantar a la Iglesia, evocando el himno en honor de la Trinidad Beatísima, Tú eres Santa, Iglesia, Madre mía, porque te fundó el Hijo de Dios, Santo; eres Santa, porque así lo dispuso el Padre, fuente de toda santidad, eres Santa, porque te asiste el Espíritu Santo, que mora en las almas de los fieles, para ir reuniendo a los hijos del Padre que habitarán en la Iglesia del Cielo, la Jerusalén eterna.
Pero la Iglesia, en este mundo, está compuesta de hombres y para hombres, y decir hombre es hablar de la libertad, de la posibilidad de grandezas y mezquindades, de heroísmos y claudicaciones. Por eso, junto a la santidad constitutiva de la Iglesia, se acostumbra a considerar una santidad escatológica o final, la que alcanza la Esposa de Cristo en todos sus miembros, sin excepción alguna, al final de los tiempos. De modo que la Iglesia es santa en su estructura y puede ser pecadora en los miembros humanos en los que se realiza; es santa en busca de santidad, es al mismo tiempo santa y penitente: santa en sí misma, enferma en los hombres que forman parte de ella.
Es cierto, estimada Mary: “¡Ay de los hijos que no son dignos de una madre como aquella”!. Tal vez por eso el Santo Padre en su visita a Inglaterra asumió en su integridad las miserias humanas que forman parte de la Iglesia terrena. Porque están integadas al devenir de su realidad pecadora, pero también porque el Papa tiene la firme convicción, inherente por otra parte a todo cristiano, que la santidad original y constitutiva de la Santa Madre Iglesia está muy por encima de esas mismas miserias. Santidad, por otra parte, que perdurará hasta el fin de los tiempos.

Mary Lennox dijo...

¡Gracias Fabian!
El tema de la Iglesia, es algo difícil, pero cierto.
Me lamento por los hijos que no damos la talla y que la enfermamos más.
El Papa pobre ha asumido sus responsabilidades incluso a las monaguillas pobre.
Mary

Chestercorvus dijo...

"La iglesia Progresista, Factor de Corrupción"

Fragmento de la conferencia "Complot contra la Iglesia"

Dictada por el R. P. Dr. Julio Menvielle
(1899 - 1973)

El 3 de Agosto de 1968

El Progresismo, al mismo tiempo que cuestiona la doctrina, los dogmas fundamentales de la Iglesia, alienta la corrupción de costumbre. Hasta ahora la castidad y la virginidad eran un florón de la Iglesia Católica: el celibato de los sacerdotes, la virginidad en las religiosas. Todo eso hoy se cuestiona y se ve a los sacerdotes movilizándose para la supresión del celibato y a las religiosas movilizándose para introducir lo sexual en los conventos.

Se sostiene que lo que importa hoy es el amor, el amor es la razón de ser de la vida, del matrimonio... Claro, ¿Qué amor? Cualquier amor y sobre todo el amor más inferior, el amor puramente carnal.
Si la razón de ser del matrimonio es tal amor, se justifica entonces la contraconcepción que es una carga y es un peso , se justifica el divorcio porque al cabo de cierto tiempo las parejas pueden cansarse de amarse, se justifica el homosexualismo porque hay hombres que no encuentran el amor en las mujeres sino en otros hombres, y hay mujeres que no encuentran el amor sino en otras mujeres.
Y esto que parece una ocurrencia ha sido enseñado públicamente por un dominico, el Padre Cauel, un teólogo que lo ha propagado en Lovaina a través de la radio y de la televisión, que llega a decir esto textual que voy a leer ahora tomado de la revista Invorguese del 20 de Abril del 67:
"Hoy es necesaria una nueva actitud aunque todavía no ha sido aceptada por la Iglesia. Creo que muchos teólogos y muchos fieles quisieran cumplir un paso más. Cierto, esta nueva doctrina no está oficialmente aprobada, sus sostenedores quieren pensar y ayudar a los homosexuales como a todos los seres humanos en su desafío de vivir bien también los unos con los otros. Yo quisiera proponerles a los homosexuales adultos, como una especie de ideal, intentar realizar en su vida una relación de amistad estable, tomar cuidado unos de otros, asumir uno la responsabilidad del otro, en el plano económico y en la vida cotidiana; y también realizar la unión de los sentimientos y también, ya que se trata de los hombres y no de criaturas de puro espíritu, traducir esos sentimientos en el plano erótico y sexual de una manera que les sea congenial.

Y Uds. Saben que ha habido un caso en Holanda de una celebración pública en la Iglesia de dos homosexuales. La foto ha sido publicada por el diario Rivarol de París. ¡Uno queda estupefacto! Que un teólogo, invocando la Teología (hoy la teología sirve para todo menos para ponernos en comunicación con Dios) pueda proferir estas aberraciones; y proferirlas públicamente sin que nadie lo llame al orden.
¿A dónde va esta Iglesia que se ha convertido en factor de corrupción? Porque esta es la verdad desnuda: ¡La Iglesia se ha convertido en factor de corrupción! Yo compadezco a los padres y madres de familia que han de enviar a sus hijos inocentes a las escuelas de religiosos, o a la catequesis parroquial. ¡Que no se encuentren allí con un curita o una monja que los exponga a perder su inocencia!Por eso un padre no puede enviar, sino con grandes escrúpulos, a sus hijos a las escuelas y a las parroquias católicas.
¿A dónde va esta Iglesia que se ha convertido en factor de subversión? Se va a un cristianismo sin iglesias ni sacerdotes, acomodado al mundo, que proclama la muerte de Dios.

PD: Esto fue dicho en 1968. ¿Nadie advirtió que de aquellas malas semillas obtendríamos estos amargos frutos?
El desafío, estimada Mary, es ayudar a los perjudicados por los escándalos a sentir la presencia cercana del Dios-Amor, que quiere que sus almas vuelvan a experimentar la dulzura de sus caricias de Padre y que vuelvan a creer en la bondad humana, la cual se vea reflejada en aquellas personas que quieran para ellos la salud de sus cuerpos, de sus almas y de todo su ser.

Anónimo dijo...

"La iglesia Progresista, Factor de Corrupción"
Freud, Maestro de Moral de los Progresistas

Fragmento de la conferencia "Complot contra la Iglesia"

Dictada por el R. P. Dr. Julio Menvielle
(1899 - 1973)

El 3 de Agosto de 1968



El Progresismo, al mismo tiempo que cuestiona la doctrina, los dogmas fundamentales de la Iglesia, alienta la corrupción de costumbre. Hasta ahora la castidad y la virginidad eran un florón de la Iglesia Católica: el celibato de los sacerdotes, la virginidad en las religiosas. Todo eso hoy se cuestiona y se ve a los sacerdotes movilizándose para la supresión del celibato y a las religiosas movilizándose para introducir lo sexual en los conventos.
Si la razón de ser del matrimonio es tal amor, se justifica entonces la contraconcepción que es una carga y es un peso , se justifica el divorcio porque al cabo de cierto tiempo las parejas pueden cansarse de amarse, se justifica el homosexualismo porque hay hombres que no encuentran el amor en las mujeres sino en otros hombres, y hay mujeres que no encuentran el amor sino en otras mujeres.
Y esto que parece una ocurrencia ha sido enseñado públicamente por un dominico, el Padre Cauel, un teólogo que lo ha propagado en Lovaina a través de la radio y de la televisión, que llega a decir esto textual que voy a leer ahora tomado de la revista Invorguese del 20 de Abril del 67:
"Hoy es necesaria una nueva actitud aunque todavía no ha sido aceptada por la Iglesia. Creo que muchos teólogos y muchos fieles quisieran cumplir un paso más. Cierto, esta nueva doctrina no está oficialmente aprobada, sus sostenedores quieren pensar y ayudar a los homosexuales como a todos los seres humanos en su desafío de vivir bien también los unos con los otros. Yo quisiera proponerles a los homosexuales adultos, como una especie de ideal, intentar realizar en su vida una relación de amistad estable, tomar cuidado unos de otros, asumir uno la responsabilidad del otro, en el plano económico y en la vida cotidiana; y también realizar la unión de los sentimientos y también, ya que se trata de los hombres y no de criaturas de puro espíritu, traducir esos sentimientos en el plano erótico y sexual de una manera que les sea congenial.

Y Uds. Saben que ha habido un caso en Holanda de una celebración pública en la Iglesia de dos homosexuales. La foto ha sido publicada por el diario Rivarol de París. ¡Uno queda estupefacto! Que un teólogo, invocando la Teología (hoy la teología sirve para todo menos para ponernos en comunicación con Dios) pueda proferir estas aberraciones; y proferirlas públicamente sin que nadie lo llame al orden.
¿A dónde va esta Iglesia que se ha convertido en factor de corrupción? Porque esta es la verdad desnuda: ¡La Iglesia se ha convertido en factor de corrupción! Yo compadezco a los padres y madres de familia que han de enviar a sus hijos inocentes a las escuelas de religiosos, o a la catequesis parroquial. ¡Que no se encuentren allí con un curita o una monja que los exponga a perder su inocencia!Por eso un padre no puede enviar, sino con grandes escrúpulos, a sus hijos a las escuelas y a las parroquias católicas.
¿A dónde va esta Iglesia que se ha convertido en factor de subversión? Se va a un cristianismo sin iglesias ni sacerdotes, acomodado al mundo, que proclama la muerte de Dios.

Esto fue dicho en 1968. ¿Nadie advirtió que de aquellas malas semillas obtendríamos estos amargos frutos?

P.D. El desafío, estimada Mary es ayudar a los perjudicados por esta triste realidad a volver a esperimentar al Dios-Amor en sus vidas, que los proteje y cuida en todos sus caminos, para que vuelvan a confiar en la bondad humana de aquellos que velan por sus cuerpos, por sus almas y por todo su ser.

Anónimo dijo...

Mary: Si bien la realidad pecadora de la Iglesia nos abarca a todos, la mayor responsabilidad recae sobre aquellos que cumplen la función de pastores. Los textos que siguen a continución arrojan luz sobre este asunto.

Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores

CUMPLID Y GUARDAD LO QUE OS DIGAN, PERO NO LOS IMITÉIS EN SUS OBRAS


Escuchad y atended, ovejas de Dios: El Señor reclama sus ovejas a los malos pastores y les pide cuenta de haberlas llevado a la muerte. Dice, en efecto, en otro lugar, por medio del mismo profeta: Hijo de hombre, te he puesto como atalaya en la casa de Israel: Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado que es reo de muerte, y tú no le das la alarma -es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado, para que cambie su mala conducta, y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa, y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida.

¿Qué significa esto, hermanos? ¿Habéis visto cuán peligroso sea callar? El malvado muere, y muere justamente; muere por su culpa y por su mala conducta; pero la negligencia del mal pastor lo llevó a la muerte. El malvado hubiera podido encontrar en su pastor al pastor de vida que dice: ¡Lo juro por mi vida! -Oráculo del Señor-; pero, como su pastor era negligente, el malvado no pudo oír la voz de aquel que precisamente fue constituido prelado y vigilante para amonestar al pueblo; así el malvado murió con toda justicia, pero el prelado también recibirá el castigo merecido. En cambio, si éste hubiera dicho al malvado: «Eres reo de muerte, pues te amenaza la espada del Señor», y él hubiera hecho caso omiso dé esta espada inminente, y la espada hubiera caído sobre él, el malvado habría muerto ciertamente por su culpa, pero el prelado habría salvado su vida. Por eso es obligación nuestra amonestar, y es deber vuestro escuchar la voz del verdadero Pastor en las santas Escrituras, aun en el caso de que nosotros guardáramos silencio.

Veamos, pues, ya que así me lo había propuesto, si el Señor reclama las ovejas a los malos pastores para entregarlas a otros pastores que sean buenos. Contemplo al Señor cómo arrebata las ovejas de la mano de los malos pastores. Es esto lo que dice el texto: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores. «Cuando digo: los quitaré de pastores de mis ovejas, ya se entiende que es porque se apacientan a sí mismos, no a mi rebaño.»

¿De qué modo los quita de pastores para que dejen de apacentar a sus ovejas? Los quita de pastores cuando afirma: Cumplid y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en sus obras, que es como si dijera: «Proclaman mis palabras, pero obran según sus deseos. Cuando vosotros no obráis según el ejemplo de los malos pastores, ellos ya no os apacientan; cuando, en cambio, realizáis lo que ellos os dicen, yo os apaciento.»

Anónimo dijo...

Mary: si bien la realidad pecadora de la Iglesia nos abarca a todos, la mayor responsabilidad recae sobre aquellos que cumplen la función de pastores. Los textos que siguen a continuación arrojan luz sobre este asunto.

Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores

CUMPLID Y GUARDAD LO QUE OS DIGAN, PERO NO LOS IMITÉIS EN SUS OBRAS


Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor. Y ¿qué es lo que escucháis, pastores? Esto dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas.

Escuchad y atended, ovejas de Dios: El Señor reclama sus ovejas a los malos pastores y les pide cuenta de haberlas llevado a la muerte. Dice, en efecto, en otro lugar, por medio del mismo profeta: Hijo de hombre, te he puesto como atalaya en la casa de Israel: Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado que es reo de muerte, y tú no le das la alarma -es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado, para que cambie su mala conducta, y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa, y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida.

¿Qué significa esto, hermanos? ¿Habéis visto cuán peligroso sea callar? El malvado muere, y muere justamente; muere por su culpa y por su mala conducta; pero la negligencia del mal pastor lo llevó a la muerte. El malvado hubiera podido encontrar en su pastor al pastor de vida que dice: ¡Lo juro por mi vida! -Oráculo del Señor-; pero, como su pastor era negligente, el malvado no pudo oír la voz de aquel que precisamente fue constituido prelado y vigilante para amonestar al pueblo; así el malvado murió con toda justicia, pero el prelado también recibirá el castigo merecido. En cambio, si éste hubiera dicho al malvado: «Eres reo de muerte, pues te amenaza la espada del Señor», y él hubiera hecho caso omiso dé esta espada inminente, y la espada hubiera caído sobre él, el malvado habría muerto ciertamente por su culpa, pero el prelado habría salvado su vida. Por eso es obligación nuestra amonestar, y es deber vuestro escuchar la voz del verdadero Pastor en las santas Escrituras, aun en el caso de que nosotros guardáramos silencio.

Veamos, pues, ya que así me lo había propuesto, si el Señor reclama las ovejas a los malos pastores para entregarlas a otros pastores que sean buenos. Contemplo al Señor cómo arrebata las ovejas de la mano de los malos pastores. Es esto lo que dice el texto: Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores. «Cuando digo: los quitaré de pastores de mis ovejas, ya se entiende que es porque se apacientan a sí mismos, no a mi rebaño.»

¿De qué modo los quita de pastores para que dejen de apacentar a sus ovejas? Los quita de pastores cuando afirma: Cumplid y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en sus obras, que es como si dijera: «Proclaman mis palabras, pero obran según sus deseos. Cuando vosotros no obráis según el ejemplo de los malos pastores, ellos ya no os apacientan; cuando, en cambio, realizáis lo que ellos os dicen, yo os apaciento.»

Natalio Ruiz dijo...

Cuán cierto amiga!!!!

Y qué poco defendemos a nuestra madre, qué poco la cuidamos...

Respetos hermanados.

Natalio

AleMamá dijo...

Sí, afeamos el rostro de esta Madre bella y santa