
La otra noche estábamos sentadas con Ruth en la Sala de Misselthwaite frente a la chimenea, mientras el fuego crepitaba alegremente en aquel hogar, recordabamos la película recien vista y comenzamos a conversar acerca de la magia y cómo a ella le parecía que la magia expuesta en aquella película no era la misma que estaba en Las crónicas, en Harry, o en el Señor de los anillos... en verdad era algo que yo no había visto o percibido en la película aquella, pero que recapacitando, podría llegar a tener razón; había una diferencia en el sentido de la palabra magia que se usaba allí, algo que cambiaba el asunto y lo "licuaba", haciéndolo oler raro, y como Ruth tiene un buen olfato ella lo olió, la charla continuó... y cambiamos de tema, luego ambas nos fuimos a dormir...
Sin embargo, a mi la pregunta me quedó rondando en el aire... ¿qué podía ser aquello que diferenciara las formas de hablar de magia?... porque ambas eran magia pero ambas cosas eran diferentes, incluían cosas diferentes dentro de ambas nociones, pues hablamos de dos cosas distintas, estábamos hablando de
magias y de
Magia... sin embargo la diferencia era confusa casi sutil y cada vez que quería agarrarla se me escapaba... sabía que eran diferentes... pero...
Las semanas siguieron y los días también... la pregunta rondaba y yo sin poder contestarla...
Hasta que un día Gilbert, el mayordomo, se animó a tirarme una pista, luego de preguntarme porqué andaba tan pensativa, dijo:
-Recuerda mi niña las virtudes, las tres hermanas, Fe, Esperanza, y Caridad... recuerda que una cosa es querer servir y otra no querer y que finalmente las cosas pueden ser oscuras por dos motivos uno por falta de Luz y el otro por exceso de la misma...-luego de haber dicho aquello desapareció, tras el sonido de una campana que lo llamaba de vuelta al servicio.Entonces meditando en las palabras de aquel buen hombre y en los héroes y villanos de la literatura, vi que hay dos sentidos de la palabra
magia:Uno, y que para mí sería el original (pues siempre el primer y veradero sentido es el bueno), es el sentido de lo maravilloso, del asombro, de la fe, del amor y de la esperanza. Este primer sentido denota lo maravilloso, lo asombroso del funcionamiento de la creación y del Poder de Dios. Y por ello abarca a las tres virtudes reinas:
Implica
primero la
fe, pues esta confianza inquebrantable en Dios permite, como dice el Evangelio, mover montañas y pedir a higueras que se planten en el mar. Esta fe sabe y conoce que para Dios no hay nada imposible y por ello realiza maravillas en su Nombre. Sabe que lo maravilloso y mágico del Misterio se encuentra en su exeso de Luz y por ello, aunque cegada su razón por el exeso de Luz,
cree.
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segundo el
amor, esta al ser la virtud más importante, es el secreto de toda magia, es el motor que la mueve y que la hace existir. Fue el amor lo que motivó que se pusiera en marcha
la magia profunda anterior al principio de los tiempos, pues es sólo por amor que alguien que no tiene que servir ni pagar ninguna pena se entregue por aquél que si tiene que hacerlo y tome sobre sí el castigo que le correspondía a otro. Este amor es lo que hace que funcione mágicamente al revez la justicia transformándose en misericordia y dando por saldada la deuda, haciendo retroceder hasta el castigo de la misma muerte.
Implica
tercero la
esperanza, puesto que aquel que ama y cree espera tranquilamente en el Amado, sabiendo que las cosas que le fueron prometidas se cumpliran, "Feliz la que ha creido que se cumplirian las cosas que le fueron dichas de parte del Señor".
Todo esto en cuanto a el primer sentido de la palabra Magia que es la
Magia con Mayúscula. Lo maravilloso de la creación. El otro sentido, el de la magia con minúscula, se le parece como el reflejo se parece a la persona reflejada, es una mera imagen pero no real. Esta "magia" implica la sed de Poder, un querer manejar con la propias manos la creación, y la decisión de no servir. Es oscura ,puesto que le falta no sólo la luz de las anteriores virtudes, sino que además es oscura, pues pretende iluminarse a sí misma descartando de plano la Luz de Dios.Esta magia da la apariencia de que domina las cosas, pero nunca puede llegar a ser tan poderosa, ni tan real como la primera. Es oscura y confusa, mareante y tentadora pues te ofrece el pan, los reinos del mundo y la protección de los ángeles, a cambio de olvidar a Dios, pues en vez de maravillarse en Él, el hombre dispuesto a esta magia se obnubila en sí y en lo que podría llegar a hacer, o en lo que hace. Esta magia esta basada en la avaricia y en la soberbia, en un no querer servir, puesto que se quiere aún más.No sé si en verdad llegué al meollo de la cuestión, pero el que quiera aportar, el que haya vislumbrado aquella diferencia, aquel resplandor con olor a Hogar que tiene una y aquella velocidad flamante que tiene la otra, lo invito a hacerlo empezando por las habitantes tan calladas de esta casa... siguiendo por el Caminante que tiene una puerta hecha en ella, hasta llegar incluso a los que no tienen nombre.