martes, 21 de abril de 2009

Caminante no hay caminos


Caminando por esta zona lejana del Jardin a menudo escucho la canción que suena:
"Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar
pasar haciendo caminos
caminos sobre la mar"
Todos andamos en busca de ese camino, de ese momento del destino que junto al instante nos ha de llevar. En cada lugar, en cada momento pasajero siempre recibimos un golpe de eternidad, un golpe... mejor dicho un destello que nos recuerda al hogar, que nos recuerda quienes somos, pero no siempre estamos atentos, a veces el destello pasa y miramos hacia otro lado, a veces el destello es golpe y nos da fuerte y duro en la cara, a veces es brisa gentil que nos alegra una mañana de primavera, o un sol cálido que nos conforta una tarde fría de invierno, otras es la sonrisa de un amigo, o el amor que brinda la persona amada. Ese momento de destello, ese pedazo de eternidad que hace que el tiempo se detenga, es lo que nos hace por un momento ser, nos hace salir de la tierra de sombras en la que vivimos y llegar a ser. Pero ¿cómo llegamos a ser? llegamos a ser en esos momentos no por nosotros mismos, sino porque en ese pequeño instante en Cruz tocamos al Rey de la Realidad y resucitamos con su Palabra. En ese momento somos como Lázaro, saliendo del sepulcro, o como el habitante de la caverna de Platón emergiendo a la Realidad. Cada instante que sabemos apreciar nos acerca a la eternidad un paso mas, nos acercan, aunque duelan, a nuestra felicidad. Sin embargo estos instantes no los atesoramos solos, sino que en ellos, además, se encuentra escondida la llave del amor. Amor que nos da y nos brinda al otro haciéndonos capaces en nuestro corazón de más eternidad y de más Dios. Por ello la escritura habla de Buscar el Reino primero, puesto que al buscarlo primero, al llegar a ese instante en nuestro camino, llegamos a la llave de eternidad, y ya no vagamos perdidos, ya no hacemos caminos en la mar sino que marcamos caminos en tierra firme y sólida, porque tocamos en el amor de Dios y en el amor de los demás el centro mismo de la realidad haciendo que lo que antes era mar incierto se transforme al tocar la eternidad en tierra firme.

2 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Es una bella incursión a partir de un texto lindo y peligroso (o malintencionado diría) de Machado.

Hace un tiempo en un debate en la universidad (Uca) dos profesores (ambos de gran nivel) se cruzaron fuerte discutiendo sobre si existían o no puntos fijos en los principios morales.

Uno cerró su posición diciendo: caminante no hay camino se hace camino al andar, citando a Machado.

El otro cerró la suya diciendo: prefiero seguir a un Hombre que dijo "Yo soy el Camino".

Dos lecturas.

Respetos, estimada amiga.

Natalio

Mary Lennox dijo...

Estimado Natalio:
Sí, en efecto es una canción difícil, recuerdo que cuando la había aprendido en el colegio no me había gustado para nada, pero poco a poco comencé a valorar algunas de sus Partes.
Acá empecé con lo de no hay camino, pero terminé con la tierra firme. Lo que le falta a la canción es eso, el poder encontrar el camino de regreso a la tierra firme. Es cierto que Cristo es el Camino la Verdad y la Vida, pero también es cierto que la manera de llegar a Él de cada uno (entiéndase bien), la historia personal, es diversa y se va haciendo mientras se camina. En eso veo lo de "no hay caminos",serían las dos cosas en tensión(mucho Athonita, pero amo la paradoja desde siempre), conviviendo en dos planos diversos de la realidad, uno el personal terrenal y el otro celeste y eterno. Por eso en el post intente decir que el camino en la mar se torna tierra firme en el instante cuando se comienza a ser en verdad.
Perdón por la demora Don Natalio pero en la ciudad del Oso se me hacia difícil escribir mucho, aunque ya vió en su blog que me tenté.
Saludos
Mary