viernes, 10 de abril de 2009

Viernes Santo



Caminando hoy en el Jardín, llegue a espiar de lejos esta pequeña escena, un hombre y una niña hablaban de cosas que la niña parecía entender más que el hombre:
"Bridey y el Obispo han cerrado la capilla de Brideshead. El réquiem por mamá fue la última misa que se celebró allí. Después de enterrarla entró el cura - yo estaba sola, no creo que me viera-, retiró la piedra del altar y la guardó en su bolsa. Luego quemó las hebras de lana con el santo óleo y aventó las cenizas. Vació la pila de agua vendita y apagó la lamparilla del Santísimo. Abirió y vació el sagrario, como si a partir de aquél momento siempre fuera Viernes Santo. Supongo que todo esto no significa nada para tí, Charles, pobre agnóstico.Me quedé allí hasta que se hubo marchado, y entonces, de repente, ya no hubo capilla; sólo una estáncia con una decoración extraña. No puedo describirte lo que sentí. Nunca has asistido al oficio de tinieblas supongo.
-Nunca
-Pues si hubieras presenciado esa ceremonia, sabrías cómo se sentían los judíos con respecto a su templo. Quomodo sedet sola civitas... Es un cántico precioso. Deberías ir una vez sólo por oirlo."

Allí la conversación se esfumó en la niebla del Jardín... Quomodo sedet sola Civitas...

No hay comentarios.: