lunes, 12 de mayo de 2008

Arbor crucis


Hoy caminando por el Jardín en compañía de una amiga, encontré un árbol maravilloso, que parecía estar escondido, pero que a la vez (¡oh bendita paradoja!) siempre había estado a la vista. En él se encontraba escrito:



"Ser Cristiano significa paradoja, significa aceptar y renunciar a la vez a la naturaleza, ver la razón y la justicia y renunciar a ella en pos de la fe. Es aceptar que se tiene la capacidad pero a la vez bajar la cabeza para aceptar la cruz. Significa mas que nada renunciar al dolor sabiendo que se lo tiene para que este sea curado; pues ser cristiano significa darlo todo en la Cruz incluso aquello que nos duele propiamente. Es así que el dolor ya no nos pertenece, sino que le pertenece a Él, que sufrió en máxima medida por nosotros.


En conclusión la única manera de no ser cristiano es adueñándose de el dolor, la naturaleza y la razón para uno hasta que no quede nada de sí. Luego el camino se divide entre devenir Cristiano y auto destruirse"




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosa enseñanza de la maravillosa paradoja, del misterioso mágico poder de reencontrar a los opuestos, en una ciencia que explota como las palmeras que comienzan con un sólo y único tronco y yendo hacia el cielo, su destino final, terminan explotándo, como fuegos artificiales.

Todo lo entregamos a Dios, así todo lo tenemos. Renunciamos a todo lo que es nuestro ser, y en esa misma renuncia más somos fieles a lo que somos, más riquezas obtenemos.

El misterio esta ahí, siempre presente, la magia y lo maravilloso nos son los hermosos cuentos fantásticos que tanto amamos, no. La realidad es la fantástica y nosotros podemos ser protagonistas de tal Misteriosa Verdad.

Más locos estamos de Nuestro Señor, más cuerdos somos. Locura de Amor, los hombres necios nunca la entenderán...