lunes, 18 de agosto de 2008

De magias y Magia


La otra noche estábamos sentadas con Ruth en la Sala de Misselthwaite frente a la chimenea, mientras el fuego crepitaba alegremente en aquel hogar, recordabamos la película recien vista y comenzamos a conversar acerca de la magia y cómo a ella le parecía que la magia expuesta en aquella película no era la misma que estaba en Las crónicas, en Harry, o en el Señor de los anillos... en verdad era algo que yo no había visto o percibido en la película aquella, pero que recapacitando, podría llegar a tener razón; había una diferencia en el sentido de la palabra magia que se usaba allí, algo que cambiaba el asunto y lo "licuaba", haciéndolo oler raro, y como Ruth tiene un buen olfato ella lo olió, la charla continuó... y cambiamos de tema, luego ambas nos fuimos a dormir...
Sin embargo, a mi la pregunta me quedó rondando en el aire... ¿qué podía ser aquello que diferenciara las formas de hablar de magia?... porque ambas eran magia pero ambas cosas eran diferentes, incluían cosas diferentes dentro de ambas nociones, pues hablamos de dos cosas distintas, estábamos hablando de magias y de Magia... sin embargo la diferencia era confusa casi sutil y cada vez que quería agarrarla se me escapaba... sabía que eran diferentes... pero...
Las semanas siguieron y los días también... la pregunta rondaba y yo sin poder contestarla...
Hasta que un día Gilbert, el mayordomo, se animó a tirarme una pista, luego de preguntarme porqué andaba tan pensativa, dijo:
-Recuerda mi niña las virtudes, las tres hermanas, Fe, Esperanza, y Caridad... recuerda que una cosa es querer servir y otra no querer y que finalmente las cosas pueden ser oscuras por dos motivos uno por falta de Luz y el otro por exceso de la misma...-luego de haber dicho aquello desapareció, tras el sonido de una campana que lo llamaba de vuelta al servicio.
Entonces meditando en las palabras de aquel buen hombre y en los héroes y villanos de la literatura, vi que hay dos sentidos de la palabra magia:
Uno, y que para mí sería el original (pues siempre el primer y veradero sentido es el bueno), es el sentido de lo maravilloso, del asombro, de la fe, del amor y de la esperanza. Este primer sentido denota lo maravilloso, lo asombroso del funcionamiento de la creación y del Poder de Dios. Y por ello abarca a las tres virtudes reinas:
Implica primero la fe, pues esta confianza inquebrantable en Dios permite, como dice el Evangelio, mover montañas y pedir a higueras que se planten en el mar. Esta fe sabe y conoce que para Dios no hay nada imposible y por ello realiza maravillas en su Nombre. Sabe que lo maravilloso y mágico del Misterio se encuentra en su exeso de Luz y por ello, aunque cegada su razón por el exeso de Luz, cree.
Implica segundo el amor, esta al ser la virtud más importante, es el secreto de toda magia, es el motor que la mueve y que la hace existir. Fue el amor lo que motivó que se pusiera en marcha la magia profunda anterior al principio de los tiempos, pues es sólo por amor que alguien que no tiene que servir ni pagar ninguna pena se entregue por aquél que si tiene que hacerlo y tome sobre sí el castigo que le correspondía a otro. Este amor es lo que hace que funcione mágicamente al revez la justicia transformándose en misericordia y dando por saldada la deuda, haciendo retroceder hasta el castigo de la misma muerte.
Implica tercero la esperanza, puesto que aquel que ama y cree espera tranquilamente en el Amado, sabiendo que las cosas que le fueron prometidas se cumpliran, "Feliz la que ha creido que se cumplirian las cosas que le fueron dichas de parte del Señor".
Todo esto en cuanto a el primer sentido de la palabra Magia que es la Magia con Mayúscula. Lo maravilloso de la creación.
El otro sentido, el de la magia con minúscula, se le parece como el reflejo se parece a la persona reflejada, es una mera imagen pero no real. Esta "magia" implica la sed de Poder, un querer manejar con la propias manos la creación, y la decisión de no servir. Es oscura ,puesto que le falta no sólo la luz de las anteriores virtudes, sino que además es oscura, pues pretende iluminarse a sí misma descartando de plano la Luz de Dios.
Esta magia da la apariencia de que domina las cosas, pero nunca puede llegar a ser tan poderosa, ni tan real como la primera. Es oscura y confusa, mareante y tentadora pues te ofrece el pan, los reinos del mundo y la protección de los ángeles, a cambio de olvidar a Dios, pues en vez de maravillarse en Él, el hombre dispuesto a esta magia se obnubila en sí y en lo que podría llegar a hacer, o en lo que hace. Esta magia esta basada en la avaricia y en la soberbia, en un no querer servir, puesto que se quiere aún más.
No sé si en verdad llegué al meollo de la cuestión, pero el que quiera aportar, el que haya vislumbrado aquella diferencia, aquel resplandor con olor a Hogar que tiene una y aquella velocidad flamante que tiene la otra, lo invito a hacerlo empezando por las habitantes tan calladas de esta casa... siguiendo por el Caminante que tiene una puerta hecha en ella, hasta llegar incluso a los que no tienen nombre.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Mary,

quisiera decir algo, pero voy a limitar más el término magia. No me refiero a lo maravilloso (como en la célebre frase fraternal "la realidad es mágica") ni tampoco a lo sobrenatural (como las virtudes teologales en tu post). Me refiero a lo que primero pensamos al hablar de magia: aquellos poderes que ni vos ni yo tenemos (...patética definición...).

En las crónicas, Harry o el Señor de los anillos, la magia está en los personajes, son poderes que les pertenecen por su naturaleza, no los adquieren de la nada. Son seres imaginados que tienen poderes. Pertenecen a la fantasía.

En la película se trataba de hombres –para ser más precisa, de muggles ;) – que hacen magia. Y, me parece, no estaban dominados por el poder, la avaricia o la soberbia. El niño quería que su padre volviera a casa. Hasta ahí todo bien. Pero ¿las palabras extrañas (¿invocaciones? ¿a quién?), el girar alrededor de la fogata, la madre muerta que llama al padre? Y creo que decía algo de "espíritus"...

A mí me resultó una buena pista lo que dijo nuestra amiga la Belladurmiente del Bosque (...pasea por el Bosque pero nunca viene al Jardín...): hay magia que se posee y magia que se adquiere. Ella desechó esta distinción porque no servía para sus fines, pero la tomé yo. Me parece excelente y, hasta ahora, no le encuentro objeción.

Puede ser que haya algo mejor, así que estoy siempre a la espera, buscándolo.

Una cosita antes de despedirme. En el post dice "las cosas pueden ser oscuras por dos motivos uno por falta de Luz y el otro por exceso de la misma". Me parece que algo oscuro no puede ser excesivamente luminoso, porque sería contradictorio. El sol por su exceso de luz nos impide verlo, pero no es oscuro.

Cariños!

Ruth

Mary Lennox dijo...

Querida Ruth:
En primer Lugar, use la peli como excusa y su tema como trampolin. Es cierto, me olvidé del aspecto que señalas por irme al general. Es que, en dos minutos mi cabeza salto de los niños de la película a Aslan y la Bruja Blanca y a Harry y Voldemort y escribí mi diferencia basándome en ellos. Y en ellos sí que se encuentran la diferncia entre el deseo de poder y el amor, entre el deseo de servir y la entrega, y el no serviré.
Por otro lado si bien la distinción de la Bella durmiente, viene de pelos para distinguir lo que sonaba raro en las películas creo que se queda corta para el caso de Harry y las Crónicas. Pues en esos no tenemos a muggles tratando de hacer magia... si no magos y creo que por esto la desecho la Bella durmiente, pero repito que esta muy buena para empezar a distinguir cuando la cosa se pone rancia en el ambiente real en cuanto a la magia (cuando no se habla de lo maravilloso o de las virtudes como en mi caso).
En cuanto a lo último es cierto, lo que decís y en verdad por mi parte, agradezco tu búsqueda y deseo de precisión a mi me sirve, por eso vuelvo y preciso:
"Las cosas Nos pueden parecer oscuras por dos motivos...", la relación de oscuridad es con nosotros y no está en la cosa misma. Sigo en la visión clásica del misterio que sobrepasa y enceguese a la Razón no por ser oscuro, sino por ser luminoso en si mismo, y que nuestra razón no pueda abarcarlo.
Un cariño
Mary

Anónimo dijo...

Estimadas:

Leyendo el post y los comentarios de ambas, se me ocurre que así como Mary distingue entre la magia y la Magia, también podemos hablar de la luz y la Luz. La Luz, es justamente la que enceguece, la del Misterio que la razón no puede abordar. Jack también habla de la Alegría con mayúscula. Es muy interesante encontrar esto en las películas como las que ustedes mencionan... pero lo que realmente rompe todos los esquemas es cuando uno descubre estas cosas en la propia vida. ¿A eso te referís cuándo decís que usaste las pelis como "trampolín"?

Saludos

PD: Podemos hablar, sí, de Magia, de Alegría, de Luz, de Verdad, de Vida, de Camino... pero siempre teniendo presente el sentido de la palabras y el porqué de la mayúscula (aclaro esto por las dudas... que no se trata de mayusculizar indiscriminadamente cualquier palabra)

Mary Lennox dijo...

Repito estimado anónimo lo que puse en un comentario a otro post:
"Lo más increíble de los milagros está en que ocurran: que unas cuantas nubes en el cielo se agrupen en la forma de un ojo humano que nos mira; que durante un viaje lleno de incertidumbre, un árbol se destaque por su figura exacta y detallada de signo de interrogación. Yo mismo he visto estas dos cosas en los últimos días. Nelson muere de veras en el instante de la victoria; y justamente un hombre de apellido Williams mata por accidente a otro de apellido Williamson..., cosa que suena a infanticidio. En resumen, hay en la vida un elemento de mágica coincidencia que puede pasar desapercibido para la gente que se fía de lo prosaico. Como muy bien lo expresó Poe en su paradoja, la sabiduría se debe fiar de lo imprevisto" (G.K.C.La Cruz Azul)
Sí, las películas y la literatura son un trampolín para llegar a esas realidades, que están en la vida de la cual son tomadas. Son un trampolín que nos permite hacer propia aquellas verdades y reflexionarlas.
En cuanto al uso de mayúsculas propio de los seguidores de Palton (Ruth entenderás que "ya todo lo dijo Platon" jaja!!). En nuestro caso se inscribe en la tradición cristiana que se remonta, por lo que se, al "Pseudo" Dionisio y a su vía de la Eminencia. Este es el sentido y el porque la Alegria es Alegria y no alegria, pues por analogía se parecen, pero una es mucho más grnade y eminente que la otra. Ese es el sentido claro y explicito del uso de mayúsculas para las eminencias.
Cariños hacia el anonimato!
Mary

Anónimo dijo...

...A mí “el trampolín” me hizo saltar hacia otro lado... hacia donde frecuentemente me llevan las charlas con gente que, al mejor estilo Tío Vernon, se horroriza con tan sólo escuchar la palabra “magia”... Tal vez el primer comentario esté de más.

Con respecto a las mayúsculas, creo que hay sólo Uno que las requiere.

Mágicos saludos!

Ruth

Anónimo dijo...

Estimada Madrina:

En ese mismo sentido cristiano (aunque desconociendo por el momento al Pseudo Dionisio y su vía de la eminencia) se me ocurría a mí que se puede hablar de camino y Camino, de luz y de Luz, de verdad y de Verdad, de vida y de Vida, etc. Siguiendo con los ejemplos de las películas, se puede decir, por ejemplo, que Susan Pevency, en el final de los finales cambia la Vida por una vida (desdichada ella) debido a su falta de Fe, o que a Frodo, todos los caminos lo conducen al Camino, por su ejemplar Esperanza.


Saludos con mayúscula

Su ahijado anteriormente anonimado

Anónimo dijo...

Estimada Ruth:

Como bien vos decís, solo Uno puede llevar mayúscula, si con “llevar mayúscula” entendemos “ser considerado como aquello que está por encima de todo, en todos los planos". Nadie duda de eso. Pero por eso mismo, ni siquiera podríamos ponerle mayúscula a la palabra “uno”, pues el “uno” que nosotros pronunciamos, pensamos y escribimos, está abismalmente lejos del uno que es en verdad; aquí está una de las caras de la moneda... pero al mismo tiempo, a ese mismo uno, que por ser tan grande se nos presenta incoceptualizable, lo encontramos mucho más cercano que el mismo aire que respiramos (¡la paradoja! ¡siempre la paradoja!), y por esta misma otra cara, se me ocurre a mí, que podemos nombrarlo y como consecuencia, “jugar” un poco con el uso de las mayúsculas. No obstante, en el primer post aclaré que no se trataba de mayusculizar (si se me permite semejante neologismo) indiscriminadamente cualquier palabra, pero no expliqué porqué: las palabras a las que les ponemos mayúscula que no se refieren a Él directamente, se refieren a algo que se dice en relación directa con Él. Por ejemplo, Mary difinió a la Magia diciendo:

"vi que hay dos sentidos de la palabra magia: Uno, y que para mí sería el original (pues siempre el primer y veradero sentido es el bueno), es el sentido de lo maravilloso, del asombro, de la fe, del amor y de la esperanza. Este primer sentido denota lo maravilloso, lo asombroso del funcionamiento de la creación y del Poder de Dios"

Pensando en esto, se me ocurre que podemos resumir este sentido de la palabra Magia comparándola por analogía (¡y que el cielo me perdone!) con la mismísima Gracia. No sé que opinarán sobre esto...

Saludos

Pablo, el anónimo anterior

Anónimo dijo...

Estimado Pablo,

su comentario me hizo pensar lo siguiente sobre el mayusculizar (acepto el neologismo)... Pero puede ser un verdadero divague!

1.- Cuando nos referimos a Dios las mayúsculas son necesarias. No es lo mismo luz que Luz, verdad que Verdad, vida que Vida.

2.- Cuando nos referimos a las cosas que se relacionan directamente con Él no son necesarias. Es lo mismo fe y Fe, gracia y Gracia, don y Don.

3.- Habría un tercer tipo de cosas que no se relacionan directamente y la mayúcula puede enfatizar la relación con Él que no está implicada. Y yo pondría acá el caso de magia y Magia.

A veces el contexto suple la mayúsucla. Podemos hablar de magia o Magia. Pero siempre hablamos de Mago.

En cuanto a la Magia y la Gracia... no sé, a mí me resultó más amplio el concepto... pero Mary escribió el post!

Saludos,

Ruth